Veo a la ventana
y ahora puede entrar el "cliché"
como en toda tarde nublada
dónde el sol se esconde
entre las piernas
de las nubes
se esconde entre los genitales
de un Dios sin nombre.
Veo a la ventana y lloro
no sé por qué
sigo llorando
ya lo de los genitales de Dios
me empieza a molestar
Pero no tanto como tu ausencia.
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